sábado, 4 de enero de 2014

PARENTESCO






Contemplando mi aspecto morfológico construido a base de añadidos y herencias genéticas me vienen a la memoria los parentescos familiares con quienes conviví y otros a los que no pude conocer.
Padre y madre, los más allegados, me legaron gran parte de sus rasgos y sus gestos.
Soy un producto de aquellas personas, una nueva combinación de trazos y piezas heredados, formado por el medio en que vivo, un medio que es, en cierto modo, hechura mía, pero también de ellos y en parte de sus padres y de los padres de sus padres.
Cuando me pregunto quien soy me veo obligada a mirar más allá de un padre y una madre, a quienes conocí íntimamente.
Dos de mis abuelos murieron sin saber de mi existencia. Del paterno no quedaron ni fotografías ni referencias; durante la guerra civil española quemaron todos los archivos en el ayuntamiento del pueblo, despareciendo así los antecedentes, seccionando la historia de esos seres como si jamás hubiesen existido.
La abuela paterna y el abuelo materno, fueron dos únicas referencias donde espejarse, dos rostros y dos cuerpos que siguen en mi anatomía y en mi sistema nervioso visiblemente característicos, y que soy capaz de distinguir gracias al hecho de haberles conocido y observado.
De mis bisabuelos nada sé, ni siquiera por fotografías o anécdotas, aunque estoy segura que ya en ellos existía parte de mi herencia.
Hubo una época,hace 1.000 años, en la que tuve innumerables antepasados, todos entre sí contemporáneos que poblaban la mayor parte del mundo.
Si ningún pariente se casó nunca con otro, sin importar cuán lejanamente estuvieran emparentados debe haber habido más de mil millones, y todos debieron vivir más o menos en la misma época.
Primos segundos terceros y cuartos siempre se han casado entre ellos sin advertir su parentesco.
Mi familia es mayoritariamente española, concretamente catalana,hasta donde yo se.
Si hubo mezclas entre mis antepasados es algo que nunca podré averiguar, los apellidos se pierden en el tiempo y la memoria no alcanza allí donde no ha existido la evidencia.
Mezcla de campesina por parte de padre y de ciudadana por mi madre, mis tendencias suelen entremezclarse,favoreciendo mi personalidad en cada movimiento y situación.
Soy parte de todos mis antepasados, en mi cuerpo llevo sus genes , mi aspecto, mi forma, mis deseos, mi manera de pensar- , algo de cada uno de ellos.



¿Quien soy yo? Soy toda aquella gente. Una respuesta adecuada a la pregunta debe ser genética y evolutiva, que me permita relacionarme a toda la humanidad, a todas las criaturas vivientes.
Si soy capaz de tal respuesta , tal vez pueda en verdad saber quien soy yo, porque tengo un cerebro que me permite escribir, construir ciudades, inventar, conducir vehículos, volar hacia la luna.
Y sobre todo tal vez pueda saber porque puedo caminar erguida y hablar y especular a cerca de mi misma.
Hubo una época en que mis antepasados no podían hacer ninguna de esas cosas. En alguna parte de mi línea ancestral, en el límite de la humanidad, hay un eslabón que conecta a criaturas que claramente eran hombres con criaturas que no lo eran.
Esa unidad que soy yo, unidad en mi especie, construida por millones de unidades; esa compleja composición de nervios y neuronas, vísceras y órganos que tienen la función de sostener mi vida. Esa recopilación de fondos genéticos que prevalece en las generaciones,entremezclando razas y dividiendo vínculos, uniendo a los seres en una familia tan diversa y a la vez tan similar.
Las acciones se repiten en el tiempo sin que podamos percibirlo por las distancias; los errores se contagian y las bondades se prodigan, el miedo persiste y la opción a ser diferentes es una posibilidad que depende de cada estructura y de su manera de ver las cosas.
Entretenidos como estamos en ocuparnos de ese menester al que llamamos ley de supervivencia, obsesionados por el futuro incierto y obcecados por un presente en el que queremos rendir al máximo posible para asegurar ese futuro incierto, nos distanciamos de ese parentesco que nos une y nos convierte en fuerza humana capaz de cambiarlo todo.