sábado, 8 de marzo de 2014

DÍA ,TODOS LOS DÍAS, DE LA MUJER





             Fue creada, dicen, de la costilla de un hombre. Devaluada desde su concepción,la mujer, sigue en su categoría de ser inferior, como si los siglos no se atreviesen a desmentir o rectificar tal deformidad.
Los que así dejaron escrita semejante estupidez como legado a la humanidad, sin duda alguna,debieron ser hombres.
La mujer alberga en su seno la vida que sigue con la vida, la aportación masculina, para que esto suceda, es sin duda imprescindible, pero el peso de la existencia entera recae sobre la mujer.
Las diferente religiones con sus respectiva creencias, hacen uso y abuso de la sentencia primigenia, afirmando que proviene de sus dioses la mengua de oportunidades,la humillación, la sumisión y el acato.
El ser humano, en su prepotencia, se adjudica el derecho de inventar dioses a la medida de sus conveniencias. No satisfecho con eso, fabrica una corte de embajadores que representan y acatan las ordenes de esos dioses, erigiendo leyes, discriminando por razones de sexo, restando posibilidades y degradando la propia inteligencia en función de esas leyes represivas.
La disminución de derechos y bienes concedidos por la madre naturaleza viene siendo, con los años, algo menos acusado en según que países, pero en otros sigue siendo una ley imperativa que no cede paso a la libertad femenina por razones,repito, de tradición religiosa, incultura e intereses que rinden determinados beneficios.
Lo peor de todo este desagradable panorama es la resignación y la impotencia con que muchas mujeres acaban cediendo a la voluntad machista de esas tradiciones, aceptando que su lugar en la vida es una causa que no les pertenece, que sus derechos como personas son efectos y defectos que atañen unicamente a las decisiones impuestas por los hombres, representantes directos de las leyes divinas.
Un creador divino no puede menospreciar la obra más productiva de su creación, ni reducirla a una insignificante aportación para satisfacer el egoísmo y la necesidad de la otra mitad productiva.
Hombre y mujer fuero hechos para complementarse en un juego de verdades intensas y gozosas.
Uno y otro se engendran en el útero emergiendo de una vagina, y yacen en un mismo seno, cuando extinguen sus energías.
Una mujer soporta los dolores del parto, sabe, por el dolor, que solo es el inicio de interminables sucesos que aportaran mucho más dolor y apenas escasas felicidades. Una mujer se abre, pera ser sembrada, pero al igual que la tierra,se pertenece a si misma, no es esclava del sol que la engendra y la fecunda.
No es el amor un engaño que sodomiza y maltrata, no es un señuelo para atenazar, torturar, martirizar, obligando a un determinado estado de excepción, a condicionar la vida de aquella, que por reglas de un juego social, se la juzga en inferioridad de condiciones.
No se es mujer por vocación, ni por obligación, ni tan siquiera por derecho. Se es mujer por naturaleza, por disposición, por la razón más razonable que pueda esgrimirse. La de ser ante todo un ser humano.
Ningún politicastro cerrado de mente y anclado en la prehistoria, puede decidir sobre cuerpo alguno ni voluntad alguna. Persistir en reafirmar que es un pecado que condena la ley divina causar la interrupción de un embarazo, cuando se apoya una guerra en la murieron miles de niños, que ya habían visto la luz y habían aprendido a amar el don de la vida. Cuando se condena a la miseria a miles de niños que están sufriendo el desperfecto descomunal de la hipocresía clerical, siendo vejados y sodomizados por los que ,sin derecho alguno, condenan a las mujeres que abortan.
Una vida es importante desde el momento que se siente amada y aceptada, del mismo modo que un adulto incrementa sus defensas ante las adversidades si recibe amor.
Hoy,día social de la mujer, bueno, creo que una es mujer todos los días, me siento igual de mujer que el resto de mis días, vividos y los que me queden por vivir.
Me condeno a mi misma, por no ser capaz de abrir los ojos de la mente a millones de compañeras que no gozan de la libertad para volar con sus alas, sin que una intención divina materializada por el poder de la masculinidad, les ampute las plumas.
Impotencia siento también hacia las abluciones, las burkas, los ácidos derramados sobre bellos rostros, las violaciones, los malos tratos, los abusos sexuales en las guerras, las castas, las humillaciones...
Te felicito mujer, por soportarlo todo.





No hay comentarios: